Enemigo
Una de las frases más famosas de
Jesús de Nazaret —cuya existencia histórica es muy dudosa, fácilmente puede ser
puesta en tela de juicio; en realidad, no se sabe en qué punto deja de ser
meramente legendaria — dice: el enemigo ha venido a matar robar y destruir. La
realidad, como se advierte al sumergirse en el mundo filosófico, no es tan
fácil de ser aprehendida como uno cree ingenuamente. Muchas veces la verdad se
esconde detrás de las apariencias y solo con un esfuerzo desmedido de
abstracción y con un espíritu decidido a soportar el peso de aquella podrá
alguien ser capaz de verla en su movimiento dialéctico. Porque alguien se
autoproclama como bueno, eso no lo hace ser necesariamente bueno, si en la
práctica la máxima de Cristo le queda a la medida, es un falso y un enemigo.
Los salvadoreños, los que todavía aman
el país, en vez de dejarse embaucar por discursos mediocres y repletos de odio,
deberían ser más inteligentes y aproximase a verificar los hechos. Si la
evidencia no escolta al discurso, no hay razón para escucharlo y menos para
creerlo. Después de unos cuantos meses de ver el desempeño de Bukele como
presidente, se puede tener un mejor panorama para emitir un juicio que se adecúe a la realidad de los hechos. Por lo que ha realizado hasta la fecha como
mandatario: se debería considerar, sin ánimos de desfigurar la realidad en sus
aspectos más objetivos, a Bukele como un enemigo declarado del pueblo
salvadoreño.
En los subsiguientes párrafos, de manera
condensada, se brindarán las siguientes razones con las que se procura
demostrar y soportar la tesis ya desplegada. Como es del dominio público, la
mentira más compulsiva, el fetichismo más descarnado, la corrupción más
aberrante y el oportunismo más cobarde son los mojones principales en los que
descansa la actual administración de Bukele. Al final se tratarán, con el
debido respeto que se merecen, algunos de los sendos argumentos que ofrecen los
eruditos y peritos de Nuevas Ideas.
Mitómano
A nivel nacional la población
debería estar al tanto del carácter mitómano de Bukele y, gracias a la
tecnología, a nivel mundial. Todos los pensadores críticos y someros que
tenemos la impagable gracia de no haber sido bloqueados de esa fuente de inagotable
erudición, a saber, de su cuenta en Twitter, pudimos leer aquel tweet del 14 de
marzo, atiborrado de irresponsabilidad y mentira, en el que decía que Italia
dejaría morir a las personas mayores de ochenta años. Esto como se sabe, fue
una mentira total, una noticia falsa, pero los ilusos, siguen creyendo en su
validez y veracidad. Otro caso que expuso como la luz del mediodía la
naturaleza mitómana de Bukele fue el supuesto vuelo de Avianca, noticia que
publicó en su cuenta de twitter el 18 de marzo, aerolínea que por cierto está
exonerada de pagar el IVA por el combustible en El Salvador, con doce pasajeros
infectados con el temido virus. Esto, vergonzosamente para nuestro país,
generó una controversia improductiva. Al final resultó ser una vil mentira. Eso
no es de extrañar, pues ganó las elecciones gracias a la extraordinaria manera
de mentir. Como esas mentiras ya mencionadas, existen tres más de naturaleza
similar y un sinfín de otras mentiras rabisalseras o vivarachas.
Fetichista
Sobre el carácter fetichista de Bukele no
hay mucho que decir. Lo confieso, como ya lo traté de manera extensa en otros
trabajos, me da pereza hacerlo otra vez.
En primer lugar, es fetichista porque toma lo fundado, el poder
institucional en el que está a cargo, el ejecutivo, como el fundamento y olvida
la sede, el verdadero fundamento del poder, el pueblo. En segundo lugar, porque se ha absolutizado
irrespetando, mediante la práctica maldita de la corrupción así como de la
mentira, al pueblo, el poder real, así como al poder formal, y se ha puesto a
sí mismo como la sede última del poder. No hay duda que un hombre tan bajo como
éste, no es un amigo sino un enemigo del pueblo y del país en general.
Corrupto
De qué Nayib Bukele es un corrupto,
considerando lo que ha hecho hasta el momento su administración, no quedad
ningún tipo de duda. Como es del dominio de eruditos y vulgos, Nayib no tiene
el registro del uso de los 30 millones donados por el gobierno mexicano el cual
estaba destinado para desarrollar y potencializar el programa sembrando vida.
Los ilusos, los incautos, los resentidos y los vividores guardan un silencio
uniforme al respecto. También, el viaje del director de Centros Penales en
avión privado continúa manteniéndose en el nivel de la hipótesis. Los grupos ya
aludidos en el ensayo pasado, que por cierto caló profundo, que hasta unos
muertos resucitaron, no meten la suficiente presión para lograr clarificar de
una vez por todas esta delicada cuestión. A ello se suma 18 casos más de
corrupción, formando un total de veinte casos los cuales no ha podido
justificar — hasta la fecha— racionalmente y meridianamente el presidente Nayib
Armando Bukele. Señores, la posibilidad
de que muriéramos a causa del covid-19 era, desde que empezó la pandemia, en términos
de probabilidad, relativamente escasa, pero de que este presidente y sus
ministros robarían a plena luz del día usando como subterfugio a la pandemia,
era bastante probable. Así como el diablo fue el mejor aliado de la religión en
el pasado— todavía lo es, pero ya con menos fuerza— para dar rienda suelta y
justificar toda suerte de corrupciones, la covid-19 ha sido, no solo para este
presidente, el pretexto perfecto para perpetrar toda clase de corrupciones. La
religión cristiana hizo dinero—todavía lo hace— con el diablo, Nayib y sus
ministros corruptos en exceso lo forjaron con la covid-19. Ciertamente el virus
seguirá haciendo explícita su naturaleza y el presidente no amagará en su
estatura, a saber, en hacer explicita su naturaleza de mitómano.
Oportunista
Dadas las evidencias recientes, no
queda espacio a ningún tipo de discusión sobre el carácter oportunista de
Bukele. Esto, ciertamente, lo saben muy bien los integrantes del partido FMLN,
en cuyo recinto se hizo como político — y ahora dice que no es de “los mismo de
siempre”— y que después, como sobrante de la cena, los tiró al basurero. Esto
lo saben muy bien los antiguos amigos suyos de quienes se aprovechó — como es
el caso de Bertha— y luego, cuando ya no los necesitaba, los desechó. Esto lo sabe
muy bien todos los integrantes del pueblo salvadoreño, el consciente no el
traidor, a quienes les ha mentido, robado y humillado, y seguirá haciéndolo
mientras dure su periodo en el poder.
Los argumentos que dan los seguidores
de Bukele son bastante débiles. Con el que la mayoría de sus eruditos, que
abundan como las arenas del Mar Muerto, se llenan la boca es con el argumento
de que él puso fin al bipartidismo. Supongamos que fuera cierto, lo cual no
comparto plenamente, qué beneficio real traería tal cosa al país. Si en poco
tiempo se ha visto que él es mucho peor que los otros dos partidos juntos. De
nada serviría, viéndolo racionalmente, que Bukele terminara con esos dos
partidos si el suyo es de naturaleza más bestial y peligrosa que aquellos, pues
es la síntesis de lo peor que habido en política en El Salvador.
Otro argumento ramplón que dan los
bukelianos es que es éste el presidente que más obras ha hecho en menos
tiempo. Es verdad que Bukele ha logrado
algunos logros, sobre todo de carácter simbólico. Por ejemplo, el quitar el
nombre del coronel Domingo Monterrosa al cuartel de la Tercera Brigada de
Infantería, en San miguel. En cuanto a obras públicas lo mejor que ha hecho es
una suerte de puente, que muchos han catalogado como una pasarela, y que de
hecho después de unos cuantos meses de haber sido construida presenta serios
daños, lo demás que ha realizado es pura remodelación de obras ya hechas por el
frente. En todo caso, de qué sirve este
logro simbólico, esa obra pública tan mediocre y algunas asistencias sociales
con fines políticos que está realizando si sus prácticas están completamente
alejadas de la más elemental virtud. Lo realizado hasta el momento es
suficiente para darse cuenta de la clase de persona que es, nada lo puede
eximir de su colosal mediocridad. Si en todo este tiempo se ha dedicado a
infundir y difundir prejuicios y arrobar aprovechándose de la pandemia, que
puede hacernos suponer que en lo que le falta como presidente no seguirá haciendo
lo mismo.
En conclusión, ha quedado evidenciado,
en estos lacónicos párrafos, que Bukele no es amigo sino que es un enemigo del
pueblo salvadoreño; en todo este periodo lo que más resalta y se puede apreciar
es su corrupción, su mitomanía, su fetichismo, su oportunismo y su incapacidad
para realizar acciones que realmente transformen la realidad del país. A
sabiendas de peligro mortal que representa este personaje para la clase
proletaria, es preciso educarla política y económicamente para que populistas
baratos como éste no la engañe con espejitos, como en el pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
chintoliano@gmail.com
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.