jueves, 20 de agosto de 2020

¿Quién es el verdadero enemigo de la clase obrera salvadoreña?



El ser de algo para Marx 


Para Marx la tarea ineludible del científico social era mostrar el ser, así como él lo hizo con el ser del capital, que se esconde en las apariencias. Es fácil buscar enemigos por doquier, pero es difícil identificar al verdadero. Es fácil atacar las consecuencias y no las causas. Por lo general, cuando las personas no saben la causa de una cosa se la inventan. A nuestro juicio consideramos que el enemigo principal de todos los países de la tierra, y por consiguiente de El Salvador, es el sistema económico (el modo de producción) capitalista, amo y señor del campo económico, controlado por los individuos que componen la clase social burguesa, a quienes los proletarios le venden su fuerza de trabajo, su mercancía, tan sólo para obtener unas cuantas migajas indignas de las caen de sus banquetes suntuosos.


El enemigo según Nuevas Ideas


Según los integrantes de Nuevas Ideas, los enemigos absolutos del pueblo son los partidos de ARENA y el FMLN. Para ellos esto es un hecho irrefutable. A diferencia de un análisis somero, que se queda en las puras ramas, éste trata de ir a las raíces del árbol. Desde ésta perspectiva filosófica, los partidos ya aludidos no son los enemigos fundamentales de nuestro país. Si así fuera bastaría con disolverlos material y formalmente y los problemas más espinosos de nuestra gente se resolverían. En todo caso, supongamos que éstos partidos —malvados en el más alto grado bajo los criterios unilaterales de los bukelianos—desaparecieran ¿qué pasaría? pues simple: quedaría Bukele celebrando con su partido, institución de una corrupción aterradora.


El enemigo según el frente 

a) Bukele

Contrariamente a lo que sostienen los del frente, Nayib Bukele y los seguidores de Nuevas Ideas no son en último término los enemigos más peligrosas del país. Es cierto que muchos lo creen así, pero la evidencia ontológica no los acompaña. Pensar que la piedra que impactó en la frente de una persona es su enemiga, es algo estúpido, tampoco lo es la honda, el sujeto que manipuló la honda para infligirle dolor al pobre sujeto de éste ejemplo es el responsable del golpe y del sufrimiento de aquel. Por lo tanto, es a la persona que lanzó la piedra a la que se debe culpar por ese acto injusto.


Otros ilusos creen ingenuamente que el enemigo número uno y responsable absoluto del sufrimiento del pueblo es el órgano legislativo. Eso no es totalmente cierto. La gente puede no reelegirlos. Pero, ¿es suficiente? Igual, probablemente van a ser barridos en la próxima elección, pero por lo que se ve los futuros sustitutos no dan señales significativas que nos induzcan a pensar que serán mejores que los que están hoy ocupando el cargo; y se presume que seguirán practicando los mismos vicios execrables de los que hoy sufren el escarnio público. Seguramente Walter Araujo, el prostituto político, estará en esa nómina. Vaya solución.

 

El enemigo más peligroso es el que no se ve, sus ataques son sistemáticos y traicioneros. Utiliza muchos mecanismos para distraer a sus víctimas. Si las pobres cebras pudieran ver al León antes de que él las observara no serían devoradas tan fácilmente. El verdadero enemigo, por lo general, nunca se expone a no ser que su existencia esté en evidente peligro.


 ¿Quién es el varadero enemigo?


El enemigo número uno, para ponerlo claro, en nuestro país es la burguesía. Es la clase social dominante que controla los medios de producción. Es ésta clase social la que controla la base material, lo que sucede en la superestructura está en algún modo determinado por la manera en la que se manipula la estructura.

 

El FMLN, ARENA, Nuevas Ideas y Bukele son meros fenómenos que se muestran en la superestructura pero que son el resultado de los movimientos reales de la estructura o la base económica. Los fenómenos ideológicos que aparecen ante los ojos son el resultado de las relaciones de producción. Entre más se sumerja en el mundo de la política liberal burguesa, más se aliena colectivamente el pueblo; entre más trabaje bajo el modo de producción capitalista más aliena su verdadera naturaleza el ser humano. Mientras ésta estructura, enemiga del ser subjetivo y objetivo, no sea modificada sustancialmente, por más cambios que se realicen en la superestructura, no servirá de nada.

 

Bukele no es amigo de la causa revolucionaria si así fuera ya hubiese sido pulverizado por la clase dominante de nuestro país. De nada sirve pelearse con la sombra, lo deseable sería atacar al sujeto real. Es lo que sucede en nuestro país, se lucha con sombras, pero el enemigo está allí y se mantiene idéntico, es el ser de la clase burguesa: el poder; podrán morir los burgueses actuales pero el poder de ellos permanece en el tiempo y el espacio a través de la propiedad privada. En todos los fenómenos ideológicos de la superestructura hay algún tipo de poder, pero la fuente inagotable de ese poder fetichista reside en el seno de la burguesía.

 

Mientras no se modifique la base material todo lo demás, por bueno que sea, será puro reformismo. Mientras este sistema inmundo, alienador y salvaje no caiga por las fuerzas revolucionarias el sufrimiento del pueblo seguirá su curso invariablemente.

 

El estado liberal tiene un fin muy específico: proteger su clase parasitaria. Así que el pueblo tiene que entender que las luchas que se dan entre los órganos del estado son riñas burguesas y que los resultados de aquellas en poco alterarán las condiciones materiales así como espirituales de la vida de la inmensa mayoría. En ésta pandemia se ha visto claro de que ellos prefieren la muerte masiva del pobre antes que sus negocios desaparezcan del mapa capitalista.


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