La realidad es pura materia y actúa bajo los dictados de sus propias leyes, las cuales tendrán que ser ajustadas al método dialéctico.
📌 En este artículo se estudiará lo siguiente:
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¿Stalin?
Escribir sobre Stalin (1879-1953) en esta época quizá no sea una buena idea para muchos y para otros quizá resulte hasta innecesario.
Sin embargo, lo que aquí me interesa fundamentalmente es exponer y describir algunas ideas suyas, que tomó por supuesto de las doctrinas de Marx, Engels y Lenin.
Él, sin hacer grandes innovaciones teóricas, porque en realidad no era un teórico evidentemente, continuó, al menos nominalmente, dándole seguimiento a las ideas básicas de Lenin.
Teóricamente, a pesar de que escribió varias obras, Stalin no tiene mucho que ofrecer. Su obra filosófica más importante consiste en una escueta sinopsis de las tesis capitales de Marx.
También escribió
Historia del Partido Comunista
(1939) y El marxismo y los problemas de la lingüística (1950); en dicha
sumaria obra se dedicó a examinar el lenguaje creado a partir de la
revolución. Estas dos últimas son más extensas y, por lo mismo, más
trabajadas. Sin embargo, en vida Stalin gozó la fama, injustamente, de ser
un hombre muy estudioso.
Materialismo histórico y materialismo dialéctico
Pues bien, sería menester averiguar antes de continuar con este apartado, con el fin de alcanzar una comprensión más adecuada de lo que hablamos, ¿qué entendió en realidad Stalin por materialismo dialéctico y materialismo histórico? para él, el materialismo dialéctico es la concepción del mundo del partido comunista leninista (Hirschberg, 1967, pág. 315).
Es llamado de esa manera porque trata los distintos fenómenos naturales dialécticamente y la interpretación de aquellos, la comprensión y la teoría es de carácter materialista.
Por otro lado, el materialismo histórico es la «aplicación de los principios del materialismo dialéctico a la investigación de la vida social, a los fenómenos y a la historia de la sociedad» (Hirschberg, 1967, pág. 314).
Dialéctica
La naturaleza para Stalin es un todo sistemático, relacionado. En ese todo, la parte, lo particular, adquiere su significado en unión con el todo.
Es como un dedo separado de un cuerpo, no tiene sentido, tiene significado es cierto, pero carece de sentido. Un ojo, o cualquier otro órgano de inconmensurable importancia y valor, a pesar de ser un miembro extremadamente vital para el correcto funcionar de un cuerpo aislado del resto es irrelevante.
Es pues claro que es unido y actuando como parte de ese todo que un miembro de un cuerpo social puede ser relevante, de lo contrario su operar será, de la naturaleza que sea, improductivo.
Esta idea es muy similar a la de Hegel, la parte adquiere sentido en la totalidad, que es lo verdaderamente concreto, el particular es, fuera de una totalidad, completamente abstracto.
Todo está en movimiento, así que la pregunta por el movimiento, como sostuvo Ellacuría, es una pregunta falsa o una meramente secundaria (Ellacuría I. , 1981); y, por lo mismo, todo está evolucionando; este proceso, «en el cual variaciones cuantitativas insignificantes y ocultas conducen a cambios cuantitativos de fondo» (Hirschberg, 1967, pág. 315), es importante porque nos muestra algo muy sustancial: las nuevas formas no irrumpen de un modo gradual, sino más bien de repente algo así como en saltos bruscos y violentos (Hirschberg, 1967, pág. 315).
Es preciso, para ampliar un poco más este punto, señalar que este proceso marcha de manera rectilínea (Hirschberg, 1967, pág. 315), asciende de lo simple a lo abstracto y de lo inferior a lo superior.
El motor, la razón del dinamismo y del avance de este proceso, es, por así decirlo, el choque de «los contrarios» «las internas contradicciones de los fenómenos naturales» (Hirschberg, 1967, pág. 315). Es, pues, para Stalin la lucha «la esencia de la evolución» (Hirschberg, 1967, pág. 315).
En todo esto se mantiene fiel a la dialéctica de Hegel. Pero luego trata de aplicar esto al terreno práctico, a lo político.
Según Stalin, del devenir general emana el progreso social (Hirschberg, 1967, pág. 314); de la lucha general, la lucha de clases (Hirschberg, 1967, pág. 314); del súbito surgir de las nuevas formas, «el cambio revolucionario de las condiciones existentes» (Hirschberg, 1967, pág. 315); «del simplismo hermético de las formas y esencias estáticas, la imperiosidad de una evolución sin escrúpulos hacia nuevas metas» (Hirschberg, 1967, pág. 314).
Ahora bien, Stalin sostuvo que no se debía tratar de ocultar las contradicciones del sistema capitalista; hay que dejarlas que se manifiesten en lo positivo o empíricamente, que generen conflicto, ruptura; nada pues de poner diques cobardemente con el telos único de detener la lucha de clases; hay, más bien, que dejarla que florezca, que alcance su plena madurez y hasta sus últimas consecuencias.
Si se quiere evitar el fracaso político, se tiene pues que evitar y fustigar sin ningún tipo de piedad toda forma de reformismo, evitar, a toda costa, pretender armonizar los intereses del proletariado con los de la burguesía y, algo muy importante asimismo, evitar la política de pactos ya que como sabemos por la naturaleza violenta y salvaje del capitalismo la cual sólo hace explícita en las situaciones cuando se siente seriamente amenazado, pero la violencia, sea negativa o positiva, es su esencia.
Es, como lo vio Stalin, imposible pasar del capitalismo al socialismo de
manera armoniosa y pacífica.
Materialismo
La realidad, como la entendió Stalin, no es idea o conciencia, no existe ninguna entidad metafísica que en intervenga modificando las cosas en el mundo.
La realidad es pura materia y actúa bajo los dictados de sus propias leyes, las cuales tendrán que ser ajustadas al método dialéctico. Por lo tanto, con lo ya dicho, podemos entender lo sostenido por Stalin, que el ser es igual a materia.
Surge, en todo caso, una pregunta bastante embarazosa: ¿qué es materia?
Para él es lo primario, la fuente de sensaciones, de las representaciones,
de la conciencia, cosas accesorias y emanadas (Hirschberg,
1967, pág. 315).
Por otro lado, para Stalin el pensamiento es un simple producto, algo derivado, de la materia que en el transcurso evolutivo ha logrado un nivel privilegiado de perfección (Hirschberg, 1967, pág. 314), es más materia compleja que simple.
En concreto, el pensamiento es un producto del cerebro. Es imposible separar el pensamiento de la materia sin caer en un acto ilícito.
El mundo material para Stalin es cognoscible en su propia realidad, aquí también suscribió con la teoría del conocimiento de Lenin, a saber, la realista. Idea parecida con la de Hobbes de que el hombre es un cuerpo que habla.
Esta doctrina, la realista, es fundamental para la acción del partido y para la comprensión de la sociedad en general. Stalin diría: «si la conexión de los fenómenos naturales sigue ciertas leyes, también las siguen los acontecimientos de la vida social» (Hirschberg, 1967, pág. 316).
Por eso «la historia humana no es ya una historia de hechos causales, sino que presenta una cierta regularidad» (Hirschberg, 1967, pág. 316).
Surge pues la posibilidad de una ciencia del devenir de las condiciones sociales. Por ello el socialismo adquiere un carácter científico y deja de ser pura ilusión y quimera.
Para Stalin, el ser, la naturaleza, el mundo material es lo
imprescindible, la conciencia y el pensamiento son lo secundario. La vida
material de la sociedad, su genuina realidad, es lo fundamental, lo
primitivo y la vida espiritual lo secundario, lo derivado, algo reflejado
del ser real.
Esto, hay que aclarar, no significa que las teorías y las ideas sean completamente inútiles e incapaces de afectar y modificar las condiciones materiales de la vida social.
Son necesarias e importantes así como eficaces, pero el origen de toda
ideología o sistema de pensamiento reside en último término en las
condiciones materiales de una sociedad, por eso es importante el sentido
de la historia en el materialismo histórico.
Historia
La historia para Stalin, no la hacen los grandes ni los poderosos de los pueblos, emana de las condiciones materiales de la sociedad.
Por ese motivo las debe estudiar la ciencia histórica, no hay que buscar las respuestas en las cabezas de los grandes hombres para descubrir las leyes de la historia de la sociedad.
Hay que estudiar los modos de producción en la economía de la sociedad a investigar. En los modos de producción hay que diferenciar entre 1) las fuerzas productivas (instrumentos, hombres, experimentación de la producción), 2) condiciones sociales de producción(los grupos en los que se produce).
Hay, a juicio de Stalin, cinco grupos esenciales en las relaciones de la producción: el comunismo primitivo, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y, el que es considerado como la antesala del comunismo, el socialismo.
Como hemos podido apreciar en esta breve descripción de su pensamiento, Stalin no tiene nada nuevo, en cuanto a teoría y doctrina, que ofrecer, parece ser que la fama de erudito que gozó mientras vivía debería ser puesta en crisis, pues es injusta.
Lo suyo es pura repetición de Marx y Lenin, los verdaderos
creadores, esto, porque Lenin fue capaz no sólo de repetir lo aprendido,
sino de llevarlo más allá de la repetición mecánica, pero sin perder la
esencia o siendo infiel a las doctrinas fundamentales de sus maestros,
Marx y Engels.
Bibliografía
Ellacuría, I. ( 1981). El objeto de la filosofía. Estudios Centroamericanos (ECA), 972.
Filosofía en español. (1946). Materialismo y empiriocriticismo. Obtenido de filosofía.org: http://www.filosofia.org/enc/ros/mat13.htm.
Hirschberg, J. (1967). Historia de la filosofía'. Johannes Hirschberger. 2 vol. Barcelona: Editorial Herder.
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