domingo, 12 de enero de 2025

EL OCASO DE LOS ÍDOLOS: O CÓMO SE FILOSOFA A MARTILLAZOS


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El crepúsculo de los ídolos (o El ocaso de los ídolos) es una de las últimas obras de Friedrich Nietzsche, escrita en 1888. En ella, el filósofo lanza una crítica incisiva a los pilares fundamentales de la cultura, la moral y la filosofía occidental, que él considera decadentes y opresores del espíritu humano. Nietzsche desmantela las ideas tradicionales de la verdad, la moral cristiana, y el racionalismo y propone en su lugar una vida afirmativa basada en los instintos y la voluntad de poder. Esta obra es un manifiesto en contra de los "ídolos" de la sociedad y un llamado a la renovación del pensamiento y la vida misma. 

Con gran osadía aborda diversos temas, como la moralidad, la religión, la filosofía y la cultura, utilizando su característico estilo perspicaz y aforístico. A través de una serie de capítulos cortos, cuestiona y desafía las concepciones establecidas, ofreciendo una perspectiva audaz y subversiva sobre la sociedad y la historia. Este libro es considerado un texto clave en el pensamiento nietzscheano y una introducción provocativa a muchas de las ideas que desarrolló a lo largo de su obra. Desarrolla una crítica feroz en contra la filosofía tradicional, la de Platón y la de Sócrates, pues, a su juicio, éstas ideas filosóficas establecidas han sido influenciadas por prejuicios y suposiciones erróneas. Todo en exceso es nocivo, estos filósofos eran demasiado intelectuales y poco vitales, demasiada cabeza y poco cuerpo. Nietzsche busca desmontar ciertas creencias arraigadas en la filosofía occidental. Sugiere que el nihilismo es una consecuencia del declive de los valores tradicionales. Entiende el nihilismo como un estado en el que los valores fundamentales han perdido su poder y significado, lo que desemboca en la desesperación y en la falta de sentido en la vida.

Afirma que todo individuo quiere ejercer su voluntad de poder,  sostiene que el impulso fundamental en la vida es el deseo de afirmarse y dominar. Nietzsche considera que esta esencia de la vida subyace en todas las cosas y en todas las acciones humanas, pero no es algo de carácter metafísico. Propone que la espiritualización de la enemistad y de lo negativo, es  clave para que existan las grandes virtudes, de las que hoy nos sentimos orgullosos. A su juicio, la religión, la judeocristiana, es una forma de escapismo que niega la vida terrenal en favor de una promesa de recompensa en el más allá. Critica la influencia perniciosa del cristianismo en la moral y la cultura; Nietzsche interpreta que esta fuerza ha debilitado el espíritu humano. Pone de relieve la importancia del arte y la creatividad como medios para superar la decadencia cultural. Considera que el arte puede ser una vía para expresar la vitalidad y la fuerza de la vida. El Ocaso de los Ídolos es un libro enérgico y provocador que desafía las convenciones culturales, filosóficas y morales de su época ¿y de nuestra época?; es una apasionada invitación a una reevaluación profunda de la vida y el pensamiento humano.

Hagamos un breve resumen del contenido que encontrarán en el libro. En el prólogo, Nietzsche describe la obra como una "gran declaración de guerra" contra los ídolos de la tradición filosófica y cultural, es decir, contra aquellas creencias y valores que considera obsoletos y dañinos para la humanidad. Presenta su intención de derribar estos ídolos y desafiar las nociones morales y filosóficas que han dominado Occidente. El capítulo uno consiste en una serie de aforismos cortos y contundentes. En ellos, Nietzsche reflexiona sobre temas como el poder, la voluntad, la moral, la vida, la muerte y el conocimiento. Estos aforismos son como "dardos" que apuntan a los ídolos culturales y filosóficos que Nietzsche quiere derribar. En el capítulo dos, Nietzsche critica a Sócrates, uno de los pilares de la filosofía occidental. Lo acusa de haber fomentado una moral decadente que prioriza la razón sobre los instintos. Según Nietzsche, Sócrates representa el declive de la cultura griega al imponer una visión racionalista de la vida, en detrimento de la vitalidad y los impulsos naturales.

El capítulo tres es una arremetida contra los filósofos tradicionales por idealizar la razón y desconfiar de los sentidos y la experiencia. Nietzsche sostiene que la verdadera filosofía debe basarse en la vida y los instintos, no en conceptos abstractos. Critica a figuras como Platón por haber separado el mundo de las ideas del mundo sensible, pues esto ha conducido a un desprecio de la realidad física. El cuarto capítulo es una breve historia del concepto de "mundo verdadero" (el reino de las ideas, o el más allá) desde Platón hasta la modernidad. Nietzsche muestra cómo la noción de un mundo verdadero y perfecto (frente al mundo terrenal) ha sido progresivamente desacreditada y rechazada, hasta que finalmente se ha revelado como una ficción. En el capítulo cinco, Nietzsche critica la moral cristiana y otras formas de moral que van en contra de los instintos humanos. Argumenta que la moral ha sido utilizada para domesticar al ser humano, pues reprime sus deseos y lo convierte en algo débil. Sostiene que debemos aceptar nuestros instintos y vivir en armonía con la naturaleza.

En el capítulo seis, Nietzsche identifica cuatro errores fundamentales que, según él, han dominado el pensamiento humano:

  1. Confusión de causa y efecto: Creemos que nuestras virtudes son la causa de nuestra felicidad, cuando en realidad son efectos.
  2. Error de la falsa causalidad: Creemos que tenemos control sobre lo que sucede (libre albedrío), cuando en realidad nuestras acciones son producto de fuerzas inconscientes.
  3. Error de causas imaginarias: En lugar de aceptar la verdadera causa de nuestras emociones y circunstancias, inventamos causas ficticias, como Dios o el pecado.
  4. Error del libre albedrío: Nietzsche rechaza la idea de que somos libres para elegir nuestras acciones; nuestras decisiones están condicionadas por factores más profundos y desconocidos.

El séptimo capítulo es una despiadada crítica a quienes han intentado mejorar a la humanidad imponiendo normas morales, religiosas o culturales. Los ve como destructores de la vitalidad humana, ya que sus "mejoras" son en realidad formas de debilitar a las personas y deprimir su instinto vital. Llegamos al capítulo ocho. En este apartado, Nietzsche critica la cultura alemana de su época, señalando que, en su afán por la disciplina y la conformidad, ha sofocado el espíritu libre, artístico y creativo. Ataca tanto a los filósofos como a los artistas alemanes por contribuir a esta mediocridad cultural. El capítulo nueve contiene varias reflexiones en las que Nietzsche arremete contra la cultura moderna. Critica la democracia, el igualitarismo y la prensa por propagar una cultura de masas mediocre y degradada. Reafirma su oposición a la moral del rebaño y defiende la necesidad de un nuevo tipo de ser humano que viva según su propia voluntad. En el capítulo diez Nietzsche reflexiona sobre su relación con la cultura griega antigua, que considera un modelo de vitalidad y creatividad. Aunque critica a Sócrates, reconoce el valor de los griegos pre-socráticos, quienes vivieron en armonía con sus instintos y valoraron la vida por encima de la razón.

En el breve capítulo once, En esta última sección, Nietzsche emplea el "martillo" como una metáfora para su crítica radical a las instituciones y valores establecidos. Con el martillo, Nietzsche quiere "destruir" los ídolos de la cultura occidental: la moral, la religión y la filosofía decadente. Es un llamado a la destrucción de las viejas estructuras de pensamiento y a la construcción de nuevos valores basados en la vida, la fuerza y la afirmación.


Nueva York, 12 de octubre de 2024

Víctor Salmerón 


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